El calentamiento global es un fenómeno que no sólo ha alterado los climas conocidos por el hombre, sino que también ha modificado los procesos productivos.

En tiempos pasados se buscaba generar la mayor cantidad de productos en el menor tiempo posible, sin prestar atención a los contaminantes que emitían o a la electricidad empleada durante el proceso; esta situación ha cambiado, pues actualmente no sólo vigilan cuestiones como la emisión de gases de efecto invernadero, sino que se fomenta el uso de fuentes alternativas de energía.

A partir de este deseo de convertir la producción en algo ecológico surgen los llamados empleos verdes, una iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que consiste en reducir el impacto ambiental de empresas y sectores económicos hasta alcanzar niveles más sostenibles.

De acuerdo con Rafael Carmona Dávila, director general de Cleantech Challenge México, este tipo de oficios ayudan a disminuir el consumo de energía, materias primas y agua mediante estrategias de eficiencia; con ello se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero para proteger y restablecer los ecosistemas y la biodiversidad.

Entrevistado durante su participación en el Primer Día del Emprendedor, Carmona Dávila afirmó que los empleos verdes son una tendencia ligada al uso de nuevas tecnologías, del tipo de las energías renovables; sin embargo, también pueden estar presentes en otros sectores industriales como en el de la construcción cuando se emplean técnicas sustentables.

En función de ello, estos oficios se desempeñan en el transporte público, desarrollo urbano, recuperación de terrenos industriales abandonados y en el reciclaje.

Según datos de la OIT, muchos de estos empleos sólo son verdes en la teoría, pues en la práctica son “sucios, peligrosos y difíciles”, por lo que no constituyen un trabajo decente; motivo por el cual, aún hay mucho que hacer para que representen una opción para obtener un futuro realmente sostenible.

Esta situación contrasta con lo establecido en el informe de la OIT “Trabajo decente para un desarrollo sostenible”, según el cual los empleos verdes deben vincular los Objetivos uno y siete de Desarrollo del Mileno, creados por la Organización de las Naciones Unidas; es decir, erradicación de la pobreza y protección del medio ambiente, respectivamente.

Estas formas de trabajo deben ofrecer, sobre todo en las economías emergentes y países en desarrollo, “oportunidades para gerentes, científicos y técnicos, pero en su mayor parte pueden beneficiar a una amplia sección de la población más necesitada: jóvenes, mujeres, campesinos, habitantes de comunidades rurales y tugurios”.

Si bien esta iniciativa se aplica en algunos países de la Unión Europea y Estados Unidos, en México, dijo Carmona Dávila, será difícil verlo hecho realidad por las políticas energéticas del país, pues la dependencia de combustibles fósiles y el subsidio de la electricidad son factores que inhiben el desarrollo de nuevos mercados.